lunes, 13 de septiembre de 2010

CACHO CASTAÑA "LA POLITICA ES SUCIA, LA MUSICA ES LIMPIA"


Cacho Castaña se presentó el sabado 11 y domingo 12 de este mes , a las 21, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza). Cuenta por qué su nuevo disco se llamará “Más atorrante que nunca”, desmitifica el éxito, dice que prefiere no meterse más en política, afirma que siempre hay que seguir el gusto de la gente y hasta se compara con el mismísimo Carlos Gardel.

   —¿El título del disco reivindica tu personaje de atorrante o ya es tu personalidad?
   —No, fijate que “Más atorrante que nunca” es un poco la imagen de todos los tipos, bastante machista, lo que sos, sos. Las mujeres te conocen de una forma y al tiempo te quieren cambiar. No se bancan a tus amigos, te dicen «podrías venir más temprano a casa» y después te rompen los quinotos, viste.
   —¿Y a vos te pasa eso ahora en tu vida privada?
   —No, ya no, el guerrero está durmiendo la siesta.
   —¿Hay tangos, como “Afiches”, que salen de la lógica tanguera tradicional?
   —Sí, hay una generación intermedia de tangueros, entre los cuales me incluyo, que sale de lo tradicional. Y responde a una documentación de la época que no estaba antes y está ahora, las cosas van cambiando, es una generación intermedia que también cambió en lo sonoro. Yo toco con bajo y batería, con una guitarra eléctrica bien podrida y rockera, le meto bandoneón, es un bolonqui.
   —¿Y eso también atrae a los más pibes?
   —Qué te parece, a mí me alucina que vengan los pibes de cuatro años al camarín cantando “Garganta con arena”. Es loco, viejo. Me dicen «¿cómo hiciste?», y yo no hice nada. Es un tema para los mayores, de repente lo agarraron los pibes. Yo no entiendo nada.
   —Muchos compran el mito del galán, y te envidian cuando contás que estabas con Susana y te escapaste en el baúl de un auto porque te iba a agarrar Monzón.
   —Mirá, en ese momento creo que pocos quisieran estar ahí, te lo aseguro, antes quzá sí, a veces lo pienso y me parece increíble.
   —¿Sentís que fue un recreo para vos la época de la película “La carpa del amor”?
   —No, no fue un recreo, porque en esa época musicalmente se usaban esos tipos de temas populares, “La vuelta del matador”, “Un divagante y un aventurero” eran los ritmos que funcionaban. Aparte, hay otra cosa más, porque en ese tiempo te exigían (de las discográficas) ese tipo de ritmos, y era una gilada ir en contra (risas). Si ves que la gente va para un lado, andá para ese lado, yo entiendo que tratar de componer algo que sabés que la gente no lo va a consumir y que va a costar laburo difundirlo, no sirve.
   —¿En tus shows se mantienen los temas de esa época?
   —Sí, “La reina de la bailanta”, “Quieren matar al ladrón” no los dejo de hacer nunca, primero porque me divierten como loco y segundo porque la gente se engancha y terminamos todos bailando y saltando, ¿viste?
   —¿Se puede mezclar todo, entonces?
   —Sí, se puede mezclar todo, lo hacía Gardel también, que cantaba foxtrot, cantaba polca, cantaba tangos, y era siempre Gardel. Claro que se puede hacer, si vos lo hacés porque te gusta es espectacular, pero si vos lo hacés por una obligación, evidentemente no le vas a llegar al público.
   —¿Siempre hay que mirar donde va la gente, mas allá de lo que sientas como autor?
   —Lo que pasa es que para documentar una época tenés que mirar socialmente para qué lado va la gente, qué es lo que necesitan, tratar de darte cuenta para qué lado tiran, cómo viene la juventud, mirar las otras camadas, y de ahí en más, bueno, los que estamos en esto tenemos la obligación de documentar nuestra época, porque si no van a decir que en nuestra época no pasó nada, y pasa de todo.
   —En “Septiembre del 88” retratás la Argentina, y es uno de tus clásicos, pero no es habitual en vos ese estilo. ¿Elegís correrte de ese lugar?
   —No me corro, fijate que la vez pasada hablé de política y me dieron por las costillas, me metí en un bolonqui (se refiere a sus polémicas declaraciones en marzo de 2009 sobre la falta de seguridad). Pero de cualquier manera uno trata de involucrarse dentro de lo que puede.
   —Encima en este momento es todo Boca-River en política.
   —Boca, River, Vélez y San Lorenzo, es un quilombo.
   —¿Nunca sentís la necesidad de tomar posición arriba del escenario?
   —No, no creo que haga falta. Lo mío es algo para pasarla bien, no es para pasarla mal, la política es bastante sucia y la música es limpia. Yo vengo a traer una caricia en el alma, no a hacer un mitín político.
   —¿Qué disco te cambió la vida?
   —Ninguno, no sé, ni sé cuándo hice el click con el tango, no tengo la menor idea, soy bastante desordenado. El click de la música no lo escuché nunca y el click de la fama tampoco lo escuché. No me acuerdo de nada.
   —Pero hubo un momento en que te reinventaste.
   —Sí, cuando saqué el disco “Soy un tango” (1994) que empecé a hacer las baladas que yo quería y los tangos que yo quería, cosa que antes no me permitía la compañía, pero empecé a producirme yo solo, y no estuve tan equivocado. Fijate que la esencia de los shows actuales pasan por ahí.
   —¿Por qué camino te gustaría seguir en tu carrera?
   —Mirá, quiero seguir con lo que hago, no intento cambiar nada, las cosas me van muy bien. Intento mejorar, cantar y componer algo bueno. No hay un objetivo claro, no digo «quiero hacer esto para llegar a algo», yo sigo, llegar es terminar, entonces no quiero llegar a nada, quiero seguir.

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