domingo, 10 de enero de 2010

EL SHOW DE CACHO EN EL CONRAD


PUNTA DEL ESTE- Una noche de verano cálida, una sensación romántica sobrevolando el ambiente, tragos, parejas que revivían los bailes de los años setenta, la tentación hot de la península, el clima propicio para que dos figuras, porteñas por naturaleza, aprovecharan para flirtear en público.

¿Qué pasó después de tanto coqueteo, saludos en camarín, invitación a salir y repaso de soledades posteriores a tantos amoríos? Un selecto grupo de amistades sabe de eso.

Cacho Castaña agotó localidades para su actuación en el Hotel Conrad de ayer sábado y hoy domingo. "Por la demanda que tuvimos, si había una función más, seguro que se agotaba también", dijo a lanacion.com la gerenta de Relaciones Públicas del complejo turístico, María Fernández.

Pero el primer aplauso fuerte en el Salón Montecarlo no fue para el cantante que ha logrado atravesar décadas de variados acentos musicales, como aquel "Quieren matar al ladrón" o éste "Café La Humedad". La platea recibió con un aplauso a Susana Giménez que ingresó acompañada de los diseñadores Carlos di Doménico y César Juricich.

Su expuesta en el este. La conductora argentina se ha animado este verano a mostrarse públicamente en la noche esteña, y pese a la custodia que le arma un cerco móvil, ha repartido besos y se ha tomado fotos con público admirador. En los últimos días fue al lanzamiento de la Torre One sobre la avenida Roosevelt, porque como regalo de Día de Reyes, le compró un apartamento a su hija Mercedes. También fue a la inauguración del Jazz Bar en el Puerto de Punta del Este, centro musical de su hermano Patricio. Allí estuvo con su hija Meche y con su hermana Carolina que vive en Uruguay con su esposo y su hijo Paquito. Susana bailó junto a su hermano al ritmo de "Strangers in the night".

El sábado de noche disfrutó del show de Cacho Castaña, con quien tuvo un romance, según lo admitió en cámaras de TV.

El show y los mimos. El cantante arremetió con su tema autobiográfico: "Soy Cacho de Buenos Aires / y no hay farol que me alumbre./ ¡Mi gran amor lo perdí / por esa puta costumbre!".

Un tema y un vaso de agua. "Mirá que cambiado que estoy", dijo al público en referencia a la botella de mineral. "¡Estás precioso!", gritó una mujer de la platea que tenía a su esposo al lado, bebiendo un whisky con hielo. "Ah qué noche vamos a tener ?", respondió el cantante, intuyendo que eso seguiría toda la velada. Y así fue.

Centro de piropos de todos los puntos cardinales, Castaña quiso frenar con advertencias, como "mirá que bajo a la platea a ver si aguantás", o "podemos cerrar las puertas y bueno ? que pase lo que pase .. entre todos .. pah..". Pero no logró parar los desafíos femeninos. Cada vez hubo más insistencia para que se sacara el saco, para que bajara a dar algún beso piquito.

Pero antes de cantar el segundo tema, reconoció una voz particular. "Susana ? qué noche ..". Pidió un aplauso y comenzó un jugoso intercambio de cariños.

"Sabés que te quiero todavía", expresó Cacho. "Yo también Cacho, yo también", respondió la diva.

El músico apoyó su mano sobre la frente para ver mejor y preguntó: "¿Estás sóla?". Ella respondió afirmativamente. "¿Sóla, solita? ¿No hay raquetas de por medio? ¿Qué vamos a hacer esta noche? ¿Tomamos un champagne después?". Las respuestas fueron elocuentes y a voz en cuello.

"Ya me desconcentraste ..", expresó Castaña antes de seguir con otro tema.

Recuerdos y confesiones. Entonces presentó un tema que según dijo, antes de hacerlo público se lo había cantado sólo a la Gimenez. "¿Te acordás?". "Ah si .. ¡me encantó!", dijo ella con llamativos pantalones de leopardo.

Volvió a elevar a la platea con su tema "Una silla de cada color" y esos recuerdos: "Porque será que los domingos por la tarde/ me agarran ganas de llorar y lloro/ (?) cuando saltaba las paredes de tu casa / cuando cruzaba tu ventana sin golpear / cuando gemiamos tomados de las manos / para que nadie se puediera despertar".

Luego bromeó un poco más con la diva: "Era una casa pobre, gracias Susana, pero .. no era la casa de Susana esa ?".

El recital siguió con temas de antes y ahora, homenajes al "Polaco" Goyeneche y a la "Gata" Varela y con mucho diálogo con el público.

Algunas mujeres no resistieron el coqueteo y mimos entre Cacho y la cantante de tango, Mónica Romano, con quien compartieron en el escenario "Alma, corazón y vida", con un final de beso virtual. "¡Que la echen!", gritaron algunas mujeres.

Cacho dijo que estaba por terminar un libro con sus historias, miró a Susana y dijo: "¡en el libro cuento todo!". La estrella respondió con un "¡No!" fuerte y el músico aclaró: "pero no doy nombres ?".

Bailanta y cena. El final fue con el repaso de aquellos temas de los setenta y con una canción dedicada a los sinsabores argentinos, que recibió una ovasión. En el bis, el show cerró con fiesta, al ritmo de "La reina de la bailanta".

El camarín permitió el saludo entre Susana y Cacho, que luego fue a su suite.

Afuera, en el amplio estacionamiento del Hotel Conrad, seguía la prueba de sonido y luces del recital que esta noche de domingo dará Charly García.

Susana, junto a Doménico y Juricich, subió al Restaurante St. Tropez, donde el cheff Francis Mallmann ofrecía una degustacion de exclusivos platos. Ahí la esperaba su fiel amiga Teté Coustarot. La mesa estaba servida, la diva entraba luego de saludos a fans, y Cacho se preparaba en su suite para la cena.

Arrancaba el domingo y la noche de Punta, repleto de veraneantes, recién estaba comenzando.


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